Ronald Marroquín es un joven visionario, proactivo, apasionado por el deporte extremo y las alturas. Hace más de dos años inició y fundó un nuevo proyecto con el que había soñado: una empresa que desarrolle y construya vehículos aéreos no tripulados, conocidos popularmente como drones.
A este sueño se unió Jairo Najarro, otro joven que desde sus trece años ha tenido una gran fascinación por los drones.
Ronald es graduado de Ingeniería Mecánica de la Universidad Don Bosco, trabajó como docente e investigador del Instituto de Investigación en Energía de dicha institución educativa; mientas que Jairo estudia su tercer año de Ingeniería en Automatización también de la UDB.
Ambos iniciaron el emprendimiento Electric Hawk, una empresa dedicada al diseño y construcción de drones y vehículos aéreos no tripulados; ofrece además servicio de fotografía y video aéreos para rubros como la agricultura de precisión, videovigilancia y reparación de vehículos a radiocontrol eléctricos.
“Conocí a Ronald en el Instituto de Investigación en Energía de la UDB, donde hacía mis horas de vinculación como becado, él me habló de su proyecto y de inmediato pensé que esa era la oportunidad de cumplir mi sueño de tener una empresa de drones”, afirma Jairo.
Según su fundador, este emprendimiento es el primero en el país que desarrolla vehículos aéreos no tripulados construidos bajo una metodología modular, de tal forma que no solo una unidad pueda desmontarse fácilmente; sino que puede dotarse de nuevas funcionalidades, según las necesidades del cliente.
“Hemos desarrollado una serie de multicopteros, y más que eso, hemos desarrollado la tecnología y los medios para fabricar localmente casi cualquier drone que podamos ver comercialmente” asegura.
Su primer vehículo construido es un octacoptero, un tipo de drone que consta de 8 motores y hélices y cuyo sistema de estabilización giratoria es similar a los helicópteros convencionales, pero con mucha más potencia y eficiencia.
“Este vehículo, inicialmente está pensado para el servicio de fotografía, al ser un drone modular, podemos adaptarlo a diferentes condiciones. Actualmente tenemos otros vehículos que están en fase experimental”, afirmó Ronald Marroquín.
Los emprendedores UDB también se dedican a desarrollar diversos tipos de aeroplanos, cuentan con un vehículo de 3.20 metros de envergadura y con capacidad de 7 lbs. aproximadas de carga útil para cámaras, sensores, bengalas, etc.
Han desarrollado también un tipo de multicoptero con capacidad de despegue vertical, es decir que le permite despegar como helicóptero y que, a través de una señal emitida vía control remoto, este vehículo se convierte en aeroplano, estando en el aire.
El trabajo colaborativo es fundamental en este emprendimiento. De acuerdo con Ronald, el aporte que ha tenido de Jairo ha sido de gran valor para la empresa; de igual manera, ésta cuenta con el apoyo de estudiantes de aeronáutica de la UDB, quienes han visto como un gran aprendizaje la contribución que desde su área brindan.
“Este emprendimiento forma parte de mis hobbies, desde que era adolescente me gustó todo lo que tenía que ver con drones. Ahora estudio Ing. en Automatización, pero cuando termine mi carrera, continuaré con la Ing. Aeronáutica”, asegura Jairo Najarro.
Electric Hawk tiene como proyección seguir creciendo e innovando en el desarrollo de este tipo de vehículos aéreos y en algún momento fabricar drones en serie.
