Kevin Guillermo Chávez es un joven apasionado por los aviones, desde pequeño mostró su interés por este campo, y ahora, su sueño se hizo realidad, es graduado de Ingeniería Aeronáutica de la UDB y trabaja como agente de operaciones aeroportuarias.
Kevin es un joven de la bella ciudad morena, Santa Ana, ahí estudió en el Colegio Salesiano San José, donde marcó su historia.
"La principal motivación de mis padres al colocarme a mi corta edad en una institución salesiana fue el modelo educativo de Don Bosco que me ofrecía un lugar de educación integral, de alto nivel académico y de valores cristianos que me iba permitir desarrollar mi conciencia moral y mi capacidad de juicio de acuerdo a los valores del Evangelio. Otra motivación fue el hecho que otras generaciones de mi familia habían estudiado en la misma institución, por lo que el sistema educativo era una garantía de la clase de profesional que se entregaba a la sociedad.
Del San José atesoro en gran medida los momentos compartidos en los recreos con mis amigos, ya que como lo dice Don Bosco, era un lugar donde encontrarse y donde me divertí gracias al espacio que ofrecía la institución para practicar diferentes tipos de deportes.
Recuerdo en mi año de promoción el día de nuestra despedida, nos llevaron de sorpresa al área techada frente a todo el colegio, incluyendo a nuestros hermanitos más pequeños de la parvularia. Luego se encargaron de vendarnos los ojos de modo que al llegar no tuviéramos idea de quien estaba ahí, luego, al destaparlos teníamos a la par a un pequeño de la promoción de parvularia y nos llevaron al atrio tomándonos de la mano a cada uno de nosotros.
Ese momento me hizo recordar todos mis años en esa institución a la cual con mucho amor llegué a llamar hogar y de la cual me siento muy honrado de haberme graduado. Además, al quedarme viendo fijamente a mi hermanito más pequeño, me hizo reflexionar en cómo para un pequeño uno podía llegar a ser un modelo a seguir, y me prometí a mí mismo siempre buscar hacer el bien.
Don Bosco me enseñó que para ser feliz y dejar huella en el mundo solo tengo que ser un buen amigo, un buen hijo y cristiano.
Se llegó el momento de volar y trascender al siguiente paso: mis estudios superiores. Decidí estudiar Ingeniería Aeronáutica en la Universidad Don Bosco, mi motivación para estudiar esta carrera se la debo a mi pasión por los aviones y a la visión que tenía desde pequeño de lo que un ingeniero es capaz de hacer. De igual manera, la estudié porque era una carrera relativamente nueva en el país y con mucha visión hacia el futuro, ya que al momento de iniciar aún no había ninguna promoción, por lo que lo consideré como un reto personal y un gran orgullo el poder concluir la carrera en el tiempo establecido y poder titularme como uno de los primeros ingenieros aeronáuticos del país.
Como estudiante debes superar muchos retos en la universidad, y la UDB te permite desarrollarte de manera exhaustiva en cualquiera de las carreras ofertadas, en mi caso la Ingeniería en Aeronáutica me ayudó a desarrollar la capacidad para sobreponerme a las situaciones adversas que se me presentaban, sobre todo en períodos de parciales o de entregas de actividades, los cuales, debido a la exigencia de la universidad, era bastante alta. Aprendí a ser una persona resiliente, segura y con criterio profesional en base a factores técnicos en el rubro aeronáutico.
Tuve muchas experiencias que marcaron mi vida profesional, una de ellas fueron las prácticas en la Autoridad de Aviación Civil del país, cambiaron rotundamente mi perspectiva del alcance y la responsabilidad que tengo como profesional de la aviación. Estuve en el área de Aeronavegabilidad con sus inspectores pertinentes y me ayudaron a ver la responsabilidad que se debe tener para certificar a los futuros técnicos en mantenimiento aeronáutico, además comprendí el extenso contenido que deben de manejar.
El aprendizaje no fue solo académico, aprendí gracias al sistema preventivo de Don Bosco que ser Ingeniero, no me hace una mejor persona que otra que no tenga un título, en realidad, el título profesional que obtuve me hizo darme cuenta de lo bendecido que fui al contar con una educación integral y de alto nivel que fue proporcionada por los esfuerzos de mi familia y los docentes que tuve. Por lo tanto, el compromiso que tengo con la sociedad me impulsa a dar lo mejor de mí en cualquier lugar donde me encuentre y siempre ponerme al servicio de los demás de modo que juntos construyamos un mundo más próspero y unido para las futuras generaciones.
Estando en la UDB, tuve la oportunidad, en el año 2019, de realizar un intercambio en el Instituto Politécnico Nacional de México. Fue una de las mejores experiencias de mi vida, ya que me permitió salir de mi zona de confort y me ayudó a darme cuenta de la capacidad que tenemos los salvadoreños y que podemos dar soluciones a problemas de cualquier índole, al igual que un ingeniero de cualquier otro lado del mundo. Comprendí que el único impedimento para querer cumplir algo radica en la voluntad y la decisión de querer aventurarse inicialmente por un mundo completamente desconocido y que de la mano de una buena educación y un acompañamiento pedagógico se pueden superar barreras incluso del idioma.
Definitivamente si tuviese la opción de volver a estudiar en una casa salesiana lo haría con mucho gusto y sin dudarlo, ya que considero que el carisma salesiano es algo que te identifica para toda la vida y te marca respecto a los demás, por el espíritu de bondad, de servicio y la búsqueda siempre del amor de Dios que se puede encontrar en los alumnos y ex alumnos salesianos.
“Haz el bien mientras aún tengas tiempo”. Esta frase captó mi atención desde la primera vez que la escuché, ya que Don Bosco la consideró como un llamado de atención a los jóvenes sobre la necesidad de hacer de su propia vida algo que valiese la pena. Me ayuda a tener un corazón más servicial y dispuesto ayudar a quién más lo necesite".
Kevin Chávez, graduado UDB y del Colegio Salesiano San José
