125 años de presencia salesiana en Centroamérica: todo comenzó con un sueño

31 de Ene, 2022

“A la edad de 9 años tuve un sueño que quedó profundamente grabado en mi mente para toda la vida. En el sueño, me pareció encontrarme cerca de casa, en un terreno muy espacioso, donde estaba reunida una muchedumbre de chiquillos que se divertían. Algunos reían, otros jugaban, no pocos blasfemaban. Al oír las blasfemias, me lancé inmediatamente en medio de ellos, usando los puños y las palabras para hacerlos callar'.

'En aquel momento apareció un hombre venerando, de aspecto varonil y noblemente vestido. Un blanco manto le cubría todo el cuerpo, pero su rostro era tan luminoso que no podía fijar la mirada en él. Me llamó por mi nombre y me mandó ponerme a la cabeza de los muchachos, añadiendo estas palabras:'

'- No con golpes, sino con la mansedumbre y con la caridad deberás ganarte a estos tus amigos. Ponte ahora mismo, pues, a instruirlos sobre la fealdad del pecado y la belleza de la virtud.'

Con este fragmento del conocido sueño de los 9 años de Don Bosco da inicio la mejor de las historias, y más que eso, una realidad que hasta el día de hoy ha transformado la vida de miles de jóvenes alrededor del mundo.

El 31 de enero, la familia salesiana celebra la fiesta de su santo fundador, del padre y amigo de la juventud: San Juan Bosco, un hombre de Dios, sacerdote que se dedicó, hasta el último día de su vida, a la salvación del alma de muchos jóvenes y de su correcto caminar por el mundo.

En este año 2022, la congregación celebra 125 años de presencia salesiana en Centroamérica, tiempo en el que, el carisma y pedagogía de Don Bosco ha dado vida a diversas obras salesianas destinadas a formar a niños y jóvenes como buenos cristianos y honrados ciudadanos.

Todo comenzó con la misión que fue encomendada por Don Miguel Rúa, primer sucesor de Don Bosco, de enviar a la primera expedición de salesianos a tierras centroamericanas. Salieron de Génova el P. Luis Calcagno, como superior, P. José Misieri, P. José Minichinelli, el Hno. Esteban Tosini, Hno. Basilio Rocca, Hno. Francisco Stanga y los clérigos Pedro Martín, Constantino Kopsik y Luis Salmón.

Muelle del Puerto de la Libertad

El Salvador fue el primer país centroamericano al que, aquellos nueve salesianos arribaron. Desembarcaron en el muelle del Puerto de la Libertad, un 02 de diciembre del año 1897, con la misión de sacar adelante un centro de capacitación en la Finca Modelo, una escuela agrícola que decaía y era promovida por el entonces presidente de la república Gral. Rafael Antonio Gutiérrez.

Con la llegada de los salesianos, se marcaría el comienzo de una nueva forma de educación vocacional en el país. En ese diciembre, período de vacación en el país, los entusiastas hijos de Don Bosco se preparaban para recibir a un grupo de jóvenes que serían formados con un nuevo concepto de educación en la Finca Modelo, más humana e integral.

Y así nace en la Finca Modelo el primer oratorio festivo para internos y centenares de niños de los alrededores. Un lugar en el que los jóvenes aprendían bajo las enseñanzas de Don Bosco, “instruyéndolos sobre la fealdad del pecado y la belleza de la virtud”, tal como él lo soñó.

Un nuevo hogar

En la Finca Modelo se enseñaba el oficio con amor, enseñaron canto, teatro y música; promovieron actividades educativas y religiosas. Los jóvenes, que eran rudos y maltratados por rústicos soldados–instructores, reflejaban una transformación y renovación a través de una enseñanza al estilo de Don Bosco.

Este mismo sacerdote impartió la primera solemne conferencia salesiana en la iglesia del Calvario, la cual fue providencial para difundir por el país, la obra salesiana. Un fruto de esta conferencia fue la visita que el Dr. Manuel Gallardo hiciera a los salesianos, para que el proyecto educativo continuara, debido a que la Finca Modelo dejó de funcionar en el año 1900.

Se dice que el filántropo, médico y cirujano, Dr. Gallardo construyó una casita en un amplio terreno en Santa Tecla, para albergar a 20 huérfanos; en obediencia amorosa a la petición que su caritativa esposa, doña Cecilia de Gallardo, hiciera previo a su muerte.

Es así que en esa ciudad se fundó la primera obra salesiana de El Salvador, el Colegio Santa Cecilia. El Dr. Gallardo donó a la congregación salesiana el terreno y la casita ya construida para que continuaran con tan noble obra educativa en los jóvenes salvadoreños; convirtiéndose en uno de los primeros bienhechores de los salesianos. El nombre del colegio fue dado en honor a la esposa del prominente médico.

Colegio Santa Cecilia

La buena fama de los salesianos se extendió por todo el país, personas altruistas y de buen corazón creyeron y se enamoraron del carisma de San Juan Bosco y su apuesta por formar jóvenes, mujeres y hombres de buena voluntad. Gracias a ellos y la providencia de Dios, surgieron en El Salvador diversas obras salesianas, entre ellas: el Colegio Don Bosco, Colegio San José, Colegio San Francisco de Sales-Ayagualo, Parroquia María Auxiliadora “Don Rúa”, Instituto Técnico Ricaldone, Instituto Rinaldi, Ciudad de los Niños, Polígono Industrial Don Bosco y Ciudadela Don Bosco, en esta última se encuentra la Universidad Don Bosco.

De El Salvador salieron grupos de salesianos a fundar otras obras en toda Centroamérica, en menos de cuarenta años su presencia se estableció por la región, transformando la vida de miles de jóvenes y la de sus familias bajo los tres pilares fundamentales del carisma: razón, religión y amorevolezza.    

La gran familia salesiana centroamericana celebra este 2022 el año jubilar, agradeciendo por todos los dones recibidos por Dios bajo la intercesión de Don Bosco. La celebración ha dado inicio en el mes de enero y finalizará en diciembre con una serie de acciones conmemorativas.

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